Hecho > perfecto
Ya era hora. Los que me conocen sabrán que llevo tiempo hablando sobre un blog en el cual estaba trabajando.
Ya era hora.
Los que me conocen sabrán que llevo tiempo hablando sobre un blog en el cual estaba trabajando. Los que me conocen aún mejor, saben que quería revivir el blog que cree hace como 3 años en un momento decisivo de mi vida. Y los que no me conocen para nada… Bueno, es un placer tenerlos aquí. Luego los pongo en contexto.
En fin, este es ese blog. Versión mejorada. Si quieren saber más de la historia detrás, pueden leerla aquí [redacción: enlace eliminado].
Esa versión mejorada me ha costado mucho, porque tengo una debilidad: soy perfeccionista. Y el que busca la perfección sueña mucho, pero hace poco. O mejor dicho, termina poco. Es una debilidad que he tenido desde pequeño. ¿Quieren ejemplos? Yo tomaba del papel largo que se usaba para las máquinas de fax con la intención crear grandes maquetas, donde podría poner mis juguetes y divertirme muchísimo. Se veía increíble en mi imaginación… y luego me daba cuenta de que iba a ser mucho recortar, pegar y dibujar, y las dejaba por mitad (realmente como 20%, pero me estoy ayudando).
O colorear. Colorear me volvía loco. Me encantaba en teoría, pero en la práctica, eso toma demasiado tiempo. Recuerdo comenzar docenas de páginas de libros de colorear. No tengo memoria de haber terminado alguna.
Joder, yo nunca terminé un proyecto de Art Attack porque nunca me estaba quedando como al tipo del show.
A mí nadie me diga que ser perfeccionista es una fortaleza. Es un problema crónico.
Entonces el revivir este blog sufrió de eso. Básicamente fueron más de dos años en el limbo de “estoy trabajando en eso”, pero nada salía. Incluso, hubo un momento que me dije que ya era suficiente y decidí ponerme los pantalones de bloguero. “No va a quedar perfecto, pero estará listo” me dije. Y me puse a trabajar en él.
Eso fue en julio. Estamos en enero.
¡Pero este año será diferente! Por supuesto. Inserte su meme favorito sobre resoluciones de Año Nuevo aquí.
Sí, es una meta para mí tener este blog arriba este año. También lo fue en el 2019. ¿Qué ha cambiado? Al final, no mucho. Creo que son dos cosas claves:
Estoy cansado de no poner en práctica lo que predico. Estoy bien claro que tener algo hecho es mil veces mejor a que sea perfecto, pero aun así sigo dejando las cosas para después. Hay cosas que llevo aplazando por más de una década. Ya no más. De verdad. Este blog es mi manera de iniciar un efecto dominó en mi vida.
Ayer tuve un mal día, y decidí que tenía dos opciones: o me quedaba quieto y dejaba que mi angustia me arropara, o tomaba esa energía negativa y metía una alquimia rara para volverme productivo. Me fui por la segunda. Diez horas de trabajo después, el blog está listo.
Así que aquí está. Hecho. Listo para recibir docenas de entradas mal escritas, con cientos de errores gramaticales y un vocabulario extremadamente limitado.
¿Pero saben qué? Eso está bien. Porque está hecho, y hecho > perfecto
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